05:24 Motor
Aquí habla de las capacidades de motor y 4x4
Comportamiento en pista
Convencidos de que estamos ante un verdadero
crossover compacto y no un utilitario disfrazado, es la hora de
una sesión todoterreno. Para el debido clímax de nuestra prueba, no vamos a jugar a precipitar por pedregales al vehículo. El nuevo B-SUV de Toyota no es un coche para el pastoreo diario o para llevar al límite su capacidad de torsión, sino un modelo que
salva con mucha solvencia y facilidad todo tipo de terrenos, desde la ciudad al campo.
Siguiendo esta premisa básica, nos internamos por diversos tipos de pistas, desde las más llevaderas hasta otras llenas de incómodos baches y obstáculos más técnicos. A primera vista, este modelo es
9 centímetros más alto, el puesto de conducción 6,3 cm y la
distancia libre al suelo 2,5 cm. Nos proponemos exprimir estas diferencias.
La comodidad del modo
trail en tramos poco quebrados es considerable.
Apenas percibimos la diferencia con el asfalto, lo que no diezma el ritmo. Cuando la pista se rompe, el comportamiento es aceptable. Está claro que no estamos ante un animal de los caminos como
la última versión híbrida enchufable del Toyota RAV4 Plug-in.
Esto no va en detrimento del apelativo Cross o su naturaleza de todocamino. La tracción integral AWD-i nos es útil para superar
pendientes abruptas que puntualmente se cruzan en nuestro camino, en especial, en
situaciones en las que la velocidad es reducida o en arrancadas de difícil salida. Su versatilidad de todocamino queda patente, así como la sensación de poder acceder a rincones serranos sin derramar una gota de sudor de más.
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